Alboroto torero de un Juli que indulta en Sanlúcar
lunes, 7 de junio de 2021
"Sanlúcar salió toreando por las calles. El Juli cuajó una tarde pletórica con cuatro orejas y rabo. Se vació toreando con un amplísimo muestrario de toreo caro. Una vez más se superó a sí mismo y cada faena fue un compendio de sabiduría y magisterio. Indultó a ‘Faraón’ tras una borrachera de toreo a un toro soñado.
Lío gordo de El Juli en el tercero de la tarde al que indultó. De nombre ‘Faraón‘ número 113. Lo vio claro el madrileño desde el principio. Comenzó la obra por bajo, abriéndole los caminos. Fue de menos a más. Exigiendo al toro cada vez más. El de Santiago Domecq era una máquina de embestir. En redondo y al natural. Con media muleta, por abajo y muy profundo. Arrebatado al final de faena logró una tanda en redondo que puso al público en pie y comenzó la petición de indulto. Lo provocó Julián puesto que el toro fue excepcional como su impresionante labor…y el presidente lo concedido sucumbido ante bravura y belleza plástica. Dos orejas y rabo simbólicos. Cumbre del madrileño.
Abrió la tarde un primer toro de Santiago Domecq con bastante movilidad con el que El Juli se lució por verónicas de salida en el tercio. Le bajó las manos hasta más no poder. Tremendo saludo de exigencia. Lo cuidó el madrileño en varas. Con la muleta fue de menos a más. Fue una faena técnicamente perfecta. Toreó en redondo ligado y ceñido con la izquierda más profundidad y entrega. El epílogo de la faena fue más arrebatado. Larga y buena tanda de derechazos que llegó con fuerza al tendido. Estocada entera. Oreja.
Este toro se lastimó tras el balancín. Acusó el último de El Juli -quinto- ese contratiempo en los cuartos traseros. Por eso su condición fue mas complicada. Un toro al que le faltó mayor entrega y clase. El Juli estuvo por encima. Poderoso y técnico. Imponiendo su ley. Logró momentos muy lúcidos en especial toreando en redondo. La muleta era una soga al cuello del toro. No se terminó de entregar el toro yendo a menos y humillando cada vez menos. Un Juli colosal se inventó una faena jaleada por el público. El fallo a espadas le privó de algún trofeo. Ovación con saludos". Mundotoro.
"Y sin previa condena era la vida de un tercero de Santiago Domecq al que Juli cuajó de principio a fin antes de que se le indultase sin 'pacto'. La bravura al servicio del toreo para crear una obra tan efímera como grandiosa. Esa vida que tanto Julián como Pablo entregan cada día al toro. Sin trampa ni cartón burlan a la muerte cada tarde para regalarle al aficionado eso que llevan dentro. Dos conceptos, dos estilos, dos toreros que hoy se vieron las caras en una tarde en la que la rivalidad entre ambos fue aparentemente inexistente. No ven al de enfrente como un acicate para su propio beneficio, sino que rivalizan con ellos mismos. Una rivalidad sana y bien entendida, la cual hoy no salió a relucir en forma de (pi)quites, sino con el toreo que aflora en el alma de cada uno. Una tarde en la que hubo gloria, ganó la vida a la muerte en una tarde en la que una divisa con la bandera del trabajo y el buen gusto tocó la gloria con las manos en una tarde que no hace sino reafirmar que van por el camino correcto.
Salió en primer lugar un noble aunque justito de raza primero de Santiago Domecq. Un toro que tuvo nobleza pero al que le faltó mayor entrega y humillación. Lo recibió a la verónica El Juli en un templado saludo capotero de mano baja. Un recibo a la verónica con el capotito muy corto, casi por la esclavina, El de Santiago Domecq embistió con cierta inercia en las telas, en un trasteo en el que había que medírselo todo para no quebrantarlo. Su inicio de faena fue tan suave como despacioso, tan lento como bello. Labor templada de un Juli que entendió lo que quería el toro en cada momento. Ligó series en redondo con buen trazo en un trasteo marca de la casa. La oreja fue un justo premio a una labor interesante.
En tercer lugar salió un toro de Santiago Domecq con el denominador común de la fijeza y la entrega. Un animal de gran calidad y humillación que cayó en las manos indicadas. Lo cuajó de principio a fin un Julián en sazón. Conoce la casa el madrileño como si fuera suya. Reatas, hechuras, comportamientos... Tuvo dos partes la faena, una primera en la que fue haciendo al toro y una segunda en la que le exigió una barbaridad por abajo. Comenzó por bajo en el tercio para sacarse luego al animal hacia el centro del anillo. Doblones que aunaron temple y mando. Faena de enganchar y soltar la embestida, de torear con las yemas. 'Faraón' lo quiso todo por abajo, pedía suavidad en los toques e ir siempre enganchado. Embistió siempre mejor en la media distancia. Todo fue sin inercias, de parado, ahí el toro la tomaba con mayor profundidad. Julián se arrebató en una faena de entrega total, de fé absoluta ante un astado al que había que sacarle esa bravura a base de temple y conocimiento. Nunca se afligió, es más, cogió mayor celo y ritmo cuanto más se le exigía. Toreó asentado en los riñones un Juli que nunca le dudó. El de Santiago Domecq tranqueó detrás de la pañosa, empujando hasta el final y volcando la cara, un toro que se sintió a gusto embistiendo y que se ganó la vida en una tarde en la que el madrileño se vació por completo ante una embestida tan entregada en la que se te podían ver las costuras sino estabas a su altura. La muleta siempre a ras de albero, los muletazos surgieron a cámara lenta, la plaza era un manicomio. Toro y torero se compenetraron de tal manera que aquello acabó en apoteosis. Tras la petición unánime del respetable la vida se hizo presente, ¡Larga vida a la bravura!
Los aceros se llevaron las orejas su la faena al quinto, un toro con más aristas de Santiago Domecq al que Julián fue encelando poco a poco. Un toro que tendía a quedarse cortito por el izquierdo, pero el cual, sin embargo, si tenía mayor celo a derechas. Fue El Juli jugando con las alturas y los terrenos para acrecentar las ganas de embestir de un toro al que había que llevar siempre muy enganchadito. Pulió el madrileño poco a poco los defectos de un toro que fue agarrando celo durante la faena, tal es así que en las postrimerías de su labor consiguió sacarle ese medio muletazo a zurdas que le faltaba. Un toro agradecido si se le hacían las cosas bien al que El Juli supo exprimir en una mitad de faena hacia adelante que caló en el respetable. Cambió las dos orejas por una cálida ovación por su mal uso de los aceros". Pablo López Riobo (Cultoro).
Domingo 6 de junio de 2021. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Corrida de la feria de la Manzanilla. No hay billetes en el aforo permitido. Toros de Santiago Domecq. Indultado el tercero de nombre 'Faraón'. El sexto premiado con la vuelta al ruedo.
El Juli (de verde y plata) oreja, dos orejas y rabo simbólicos y ovación; y Pablo Aguado (de burdeos y oro) silencio, ovación y dos orejas.
Fotos: Eva Morales
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