Cuando seguimos con la resaca de una pandemia que cambió nuestras vidas, el toreo intenta resurgir. Y en un esfuerzo común de todos los que forman este mundo maravilloso de la tauromaquia, se logró que la temporada 2021 se pareciera a un curso taurino casi normal. Se perdieron ferias importantes, sobre todo al principio, los olés eran a través de una mascarilla, la distancia de seguridad dejaba a la mitad los aforos y el clamor de una puerta grande… Pero poco a poco fuimos recordando los buenos tiempos.
Aún estábamos distanciados del vecino de localidad cuando Las Ventas abrió sus puertas el 2 de mayo. Y aquella tarde de ilusiones marcaría la temporada de El Juli. Era un festival sí, pero la faena de El Juli a “Picante” fue la que Madrid tenía que ver al maestro. “Madrid, Madrid, Madrid”… El video recibió millas de visitas. ¡Qué faena!
Al cobijo de tan maravillosa obra llegaron los clamores de Vistalegre, donde se celebró San Isidro, y Aranjuez. Más orejas y faenas top en su particular ranking del año.
El indulto de Sanlúcar certificó un arranque de temporada maravilloso. Y Valladolid fue otra sede julista del año con un triunfo de torero valiente de verdad superando el vendaval, y otro, el de septiembre, de seda, de delicioso ritmo y temple.
Portugal se entregó en Santarem. Logroño admiró su raza sin espada. Francia volvió a reencontrarse con su ídolo con el faenón en Bayona ante una voluminosa corrida. Qué naturales los de Talavera. El doblete de Salamanca lo resolvió, aunque casi lo arruina el infortunio en el sorteo. En el mano a mano de Granada lo bordó con su último toro. Fue emocionante el recuerdo alicantino a Manzanares con esas maravillosas chicuelinas. Jerez sigue siendo Jerez, talismán en su vida. En Castellón estuvo enorme. Y los triunfos de León, Almería o Palencia mantenían el denominador común de su gran año. En la querida Gijón, tras triunfar en la plaza lo hizo fuera de ella, poniendo en su sitio a un alcaldesa con ganas de prohibir (esa lucha por la libertad tenemos que mantenerla). Muchas orejas cayeron en plazas más humildes como El Espinar, Casas Ibañez,
Apostó fuerte y quiso torear dos tardes en Madrid, en su feria de Otoño. Si la faena a “Poeta” no se la hace abriendo plaza, el premio se hubiera duplicado.
Y Sevilla, como capital del país Juli, se le volvió a entregar.
Las estadísticas hablan de 31 corridas de toros, cortando 46 orejas, un rabo e indultando un toro. Las sensaciones son aún mejores, con un torero en plenitud, que ha puesto mucho de su parte en estos tiempos tan difíciles. Alguien que vive apasionadamente la tauromaquia. La suya, la de otros y las de sus toros, los del Freixo, que ¡menudo año han dado! Pero eso será otro capítulo.
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