“Fueraparte de las tres orejas que cortó, y de su incontestable rotundidad, El Juli dejó su estela de acrisolada maestría en La Magdalena. Dentro y fuera de los embroques. Su tarde no ofreció aristas. Fue todo capacidad y mando, autoridad y técnica, poso y sabiduría. Vamos, lo que ha sido siempre una figura del toreo, pero con la experiencia y la solera que dan 25 años de alternativa. Y los que le quedan…

Lo mejor llegó en el quinto, frente al que El Juli supo calentar el cotarro con un bravo ‘Garcigrande’. Lo entendió y lo cuajó el madrileño a la perfección en una obra rotunda, basada en la mano derecha, que coronó con tremenda autoridad entre los pitones. Estoconazo, muerte espectacular del toro, y petición unánime del doble premio”. Mundotoro.

Foto: Fernando Juárez.