"Tiempo y toque fijador en la primeras. Exigencia sin sometimiento. El final: con la mano por abajo, llevando muy largo al toro. Casi impensable. La estocada, algo caída, entró al primer intento y la muerte fue espectacular. Dos orejas.

Julián López ‘El Juli’ cuajó frente al primero una faena de maestro, por la capacidad privilegiada de saber en cada momento administrar al toro y leer al público. Comenzó su labor por verónicas, con el cuerpo entregando al lance, antes de un quite que terminó de calentar al público que llenaba la plaza. Faena de menos a más, con dos series de enorme rotundidad sobre la diestra. Mano baja, trazo muy profundo. Un pinchazo privó de premio al madrileño. Ovación tras aviso". Mundotoro.